Tgo y tgp en paciente con deficiencia
hepatica
Las pruebas de función hepática comúnmente
disponibles incluyen la determinación de las transaminasas: transaminasa
glutámico oxalacética (TGO) y transaminasa glutámico pirúvica (TGP), fosfatasa
alcalina (FAL), gammaglutamil transferasa (GAMMAGT), bilirrubina sérica, tiempo
de protrombina (TP) o el índice normatizado internacional y la albúmina sérica.
Los valores considerados normales son: TGP 0-45 UI/l, TGO 0-35 UI/l, FAL 30-120
UI/l, GGT 0-30 UI/l, bilirrubina 2-17 µmol/l, TP 10.9-12.5 seg y albúmina 40-60
g/l. Reflejan las diferentes funciones del hígado: excreción de aniones
(bilirrubina), integridad hepatocelular (transaminasas), formación y flujo
libre de bilis (bilirrubina y FAL) y síntesis proteica (albúmina). Otras
pruebas más especializadas efectuadas para establecer la posible etiología de
la anormalidad incluyen serología para virus de hepatitis, estudios del hierro
y del cobre, niveles de ALFA-1 antitripsina y autoanticuerpos. La
interpretación de las alteraciones en la función hepática es un problema
frecuente que enfrentan los médicos clínicos. Cuando el paciente está
asintomático es imperativo establecer si existe una anormalidad y si ésta es
estadísticamente significativa (el valor normal es la media de un grupo de
individuos sanos ± 2 desvíos estándar); luego las pruebas deben repetirse y, de
confirmarse la alteración, deben seguirse los pasos apropiados. En esta reseña,
los autores analizan las diferentes pruebas bioquímicas, su fisiopatología y la
estrategia para su interpretación.
Evaluación clínica
Debe efectuarse una detallada
historia clínica y un examen físico completo, con especial énfasis en el
consumo de alcohol, factores de riesgo para hepatitis viral (abuso de drogas
intravenosas, promiscuidad sexual, relaciones homosexuales, tatuajes,
colocación no estéril de aros o piercing, transfusiones de sangre o
hemoderivados, residencia en países en vías de desarrollo), medicaciones
actuales y pasadas, terapias alternativas o herbales y exposición ocupacional a
toxinas. Pueden ser significativos otros factores tales como diabetes, obesidad
e hiperlipidemia en esteatosis hepática no alcohólica y antecedentes familiares
de enfermedad de Wilson, hemocromatosis y patologías autoinmunes.
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